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RETRATOS DE LA CARRETERA

«¡VAMONOS!»

(El País/Cultura - Madrid, 24/03/2014)

 

 

 

Fotografia: © Bernard Plossu

 

 

Plossu se inició como fotógrafo en un viaje fundacional a México, cuando era solo un veinteañero, entre 1965 y 1966. Regresó tres veces más, ya consciente de ser un autor. El libro «¡Vámonos!» recopila los cuatro viajes por primera vez. Esta foto pertenece al primero. Plossu recuerda en una entrevista incluida en el libro la influencia del cine en su carrera: «Llegué a la Ciudad de México, procedente de París, a los 20 años. «En ese entonces mi único bagaje cultural era la Cinemateca francesa, en la que aprendí a "ver" mirando a los grandes clásicos, y también las películas de la "nouvelle vague'" Eisenstein, Buñuel, Bergman, Dreyer... (...) pero también los "western", que con frecuencia sucedían cerca de México».

 

Aunque normalmente fotografía en blanco y negro, Bernard Plossu también ha recurrido al color. Cuando lo hace, recurre a la técnica Fresson de revelado al carbón. Según el fotógrafo: «el método Fresson produce las fotografías en color más estables y duraderas. (...) Me gusta mucho el modo en que este papel mate con algo de grano traduce en color el ambiente de mis fotografías en blanco y negro. Es perfecto».

 

«¡Nos íbamos varios, en cualquier momento, a donde fuera, improvisando siempre, con los coches llenos! Lo mismo a Acapulco, donde dormíamos en la playa, que al magnífico Guanajato, a San Miguel de Allende, a Uruapan... Lo que menos buscábamos era un destino preciso. Nos íbamos para irnos, para vagar; la aventura tenía que ser total, siguiendo el instinto...», recuerda Plossu de aquel primer viaje marcado por la cultura "beatnik".

 

Plossu señala el choque cultural que se produce cuando conoce a los artistas mexicanos, más «duros» que los franceses. Pero también se ve arrollado por la vida social: «La cultura también estaba en la vida de todos los días. ¡Y de todas las noches! Noches locas en la Ciudad de México durante los sesenta, en que se mezclaban los mexicanos, los franceses, los americanos, los argentinos».

 

Pero el joven Plossu creció, y abandonó el vagar sin rumbo: «La época "beatnik" se interrumpió por sí sola, porque ser fotógrafo y descubrir el mundo me interesaba más que quedarme sentado en una bonita playa en la India. Cuando vi que los jóvenes se quedaban en las playas de Goa en lugar de viajar, decidí dejar todo aquello».

 

«La fotografía me permitió descubrir la vida, porque al estar todo tiempo alerta, te mantienes "archiconsciente" de todo lo que ocurre, es decir, de todo lo que ves. ¡Me gusta decir que ya no puedo no ver! Por eso en la fotografía uno descubre que todo cuenta, no solo lo excepcional o lo espectacular».