•
LA FOTOGRAFÍA PLÁSTICA
Un arte paradójico
Dominique Baqué
Gustavo Gili
2003
ISBN: 84-252-1930-2
Descripción de la obra
Dentro del amplio campo del arte contemporáneo, la fotografía plástica moviliza a los artistas desde los años sesenta. Con el término «fotografía plástica» no aludimos a la fotografía creativa o de reportaje, o a cualquier otra inscrita en una historia pura y autónoma del medio, sino a la que, por el contrario, atraviesa las artes plásticas, es utilizada por artistas, y participa de la evolución generalizada de las diferentes prácticas.
En esta «pequeña historia» de la fotografía plástica se han querido establecer los principios y fundamentos de esta fotografía desde finales de los años sesenta, cuando entabla afinidades de elección
con el arte de actitud y conceptual, hasta la época reciente, en que pasa a convertirse en uno de los operadores más corrosivos de la deconstrucción del movimiento moderno. Así es como la paradoja se
lleva a su punto de tensión más extremo: el medio fotográfico, que tanto deseó inscribirse en el campo del arte, finalmente lo logrará pero socavando con obstinación sus cimientos.
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
Capítulo I
Artes de actitud y ambigüedades del medio fotográfico
Capítulo II
Una «entrada en arte» paradójica
Capítulo III
Legitimaciones teóricas
Capítulo IV
Fotografía y arte conceptual: las afinidades electivas
Capítulo V
Deconstrucción del paradigma del instante decisivo
Capítulo VI
Apropiaciones, mestizajes, hibridaciones
Capítulo VII
El mestizaje posmoderno respecto al montaje vanguardista
Capítulo VIII
Rastros, huellas y vestigios
Prólogo
En el campo proteiforme del arte contemporáneo, nos hemos propuesto delimitar las apuestas de la fotografía plástica. No se trata de la fotografía denominada «creativa», ni de la fotografía de reportaje ni de la fotografía aplicada, sino de la que utilizan los artistas; la fotografía que no se inscribe en una historia del medio supuestamente pura y autónoma sino, por el contrario, la que atraviesa las artes plásticas y participa de la hibridación generalizada de la práctica, de la desaparición, cada vez más manifiesta, de las separaciones entre los diferentes campos de producción.
Ante todo se ha querido establecer los principios y fundamentos de esta pequeña historia de la fotografía plástica desde el final de los años sesenta cuando las artes de actitud, el arte conceptual y la fotografía entablan innegables afinidades electivas para, más adelante, analizar la deconstrucción del modernismo en la que la fotografía fue, sin duda, uno de los operadores más corrosivos.
En un campo fotográfico plural, heterogéneo, incluso segmentado -al que no se trataba de unificar, de «alisar» en detrimento de sus diferencias y de sus paradojas- , se ha escogido subrayar sus líneas de fuerza, sus articulaciones y su polos de intensidad.
No hay aquí pretensión alguna de ser exhaustivos: se echarán de menos muchos nombres. Se ha aceptado el riesgo de centrar el análisis en las obras que encierran un debate contemporáneo en detrimento, a veces, de las singularidades.
Extrañará la ausencia de una reflexión sobre el paso de lo analógico a lo numérico, si bien un número creciente de artistas reelaboran sus imágenes con el ordenador. Esto es debido a que la autora, más allá de su relativa competencia sobre este punto, confiesa su escepticismo frente al entusiasmo que suscita hoy en día el arte tecnológico. Éste podría ser el tema de otro ensayo.
Hay otro riesgo que también reivindicamos: el intentar realizar un diagnóstico sobre las producciones fotográficas más contemporáneas. Sin duda, la evaluación de lo más próximo resulta peligroso: más allá de la desestabilización del arte cuyo detonante ha sido la fotografía, la presente reflexión se cierra sobre la defección de la forma tal y como testimonian las obras más recientes, sobre la «pobreza» -deliberada, reivindicada- de las imágenes a finales de los años noventa.
Resumiendo, la paradoja ha sido llevada a su punto de más extrema tensión: el medio fotográfico que, sin duda más que nada, ha deseado inscribirse en el campo del arte, lo ha hecho socavando con obstinación sus cimientos.
Así pues, la fotografía como riesgo del arte.